discurso sobre los maestros

El problema consiste, pues, en encontrar la concepción o la idea oportuna para el caso particular, y en esta búsqueda se pueden emplear días y semanas. El método de atiborrarse la cabeza de las cosas que se quieren aprender, sería a no dudar el mejor si diese buenos resultados. Teniendo una organización tan favorable, lo que ahora interesa es impregnarla de genialidad, convertirnos en hombre y mujeres excelentes que se dediquen a esa tarea con entusiasmo siempre creciente; y así, dentro de una o dos generaciones, la América estará a la cabeza de todas las naciones del mundo, en el campo educativo. Si el sujeto rechaza una de estas primeras ideas, el éxito práctico puede fácilmente ser previsto. Si el hombre (alguna razón existe para creerlo), ha surgido por evolución de predecesores infrahumanos, es preciso reconocer que en estos la pura razón, admitiendo que existiese, debía ser rudimentaria, y que su mente, dado que tuviese algunas funciones, no pasaría de ser un órgano destinado a adaptar los movimientos a las impresiones del ambiente para sustraerse a las causas de su destrucción. Entre las reformas recientes de los métodos de ense�anza se ha tratado muchas veces de desacreditar la emulación como impulso útil para la actuación del alumno. Henos ya completamente lanzados al mar de la concepción biológica. Uno y otro significan modificación, y, por lo tanto, manifestaciones de los efectos sobre las cosas exteriores. En presencia de un nuevo cuerpo de experiencias, instintivamente procuramos turbar lo menos posible el fondo persistente de nuestras ideas. La esencia de la cuestión es la siguiente: toda impresión que penetre, ora una proposición que oigamos, ora un objeto que veamos, ora un efluvio que llegue a nuestro olfato, apenas se halla en nuestra conciencia es llevada en una o en otra dirección, formando conexiones con los demás elementos que ya se hallan en aquélla, y acaba de producir lo que llamamos nuestra reacción. Cada uno de nosotros, es, en efecto, lo que es casi exclusivamente gracias a su espíritu de imitación. El método mejor, naturalmente, no es martillear las sentencias, repitiéndolas simplemente, sino analizarlas y pensarlas. Todos los que amen este tema pueden avanzar en él tanto como les plazca, sin temor de volverse peores que los otros maestros, aun cuando corren el riesgo de una ligera pérdida de equilibrio, a causa de la tendencia que en todos nosotros se observa, de exagerar alguna parte especial del tema que estamos estudiando intensamente y de un modo abstracto. La existencia de esta corriente es el hecho primitivo fundamental de nuestra ciencia, y su naturaleza y sus orígenes constituyen el problema esencial. "No he pensado en eso" �dicen� "No he pensado que fuese una acción tan mala". No queráis simplemente por amor a la disciplina, reclamar la atención de vuestros alumnos, atronándolos con la voz; tampoco muy a menudo la solicitéis como un favor; ni la exijáis siempre como un derecho, ni abuséis de excitarla preconizando la importancia del asunto. El aprender hechos de otros sistemas no le ayudará en manera alguna a ser retenido en la mente, por la simple razón de que no tiene estímulos adecuados en aquel sistema. En comparación con los ni�os sometidos a este método, aquel que ha sido educado exclusivamente con los libros, adolece toda la vida de una cierta distancia de la realidad; está, por así decirlo, fuera del mundo, y sufre a veces una especie de melancolía al pensar lo que habría podido obtener con una educación más real. Si os parece que de semejantes concepciones hay que derivar las doctrinas fatalistas o materialistas, os ruego que suspendáis vuestro juicio, hasta que haya expuesto algo más sobre este asunto. Considerando la intimidad de las cosas debiérase pensar más bien que el primer acto de una voluntad libre debe consistir en sostener la creencia en la libertad. Así, pues, la primera cosa que el educador debe estudiar, son las tendencias reactivas congénitas �los impulsos y los instintos de la infancia, � a fin de hallarse en aptitud de substituirlas. En los idiotas, las funciones de los hemisferios se hallan en gran parte suspendidas, y por esto los impulsos inferiores no inhibidos como en los seres humanos normales, se manifiestan de la manera más brutal. Temo que os hayáis forjado ilusiones exageradas, lo cual no me asombra, pues en este país la Psicología ha tenido un periodo de extraordinario predicamento, durante el cual se han fundado cátedras, laboratorios y revistas, y los directores de diarios y de revistas se han visto precisados a darse aires de estar a la altura de la novedad del día, algunos profesores han cooperado y no han faltado editores que también lo hicieran. Hemos visto ya que las fases de ésta son semejantes a campos u ondulaciones, teniendo cada una de éstas un punto central de atención más vivaz, en correspondencia con el objeto que es más prominente en nuestro pensamiento, mientras alrededor se encuentra un margen de otros objetos de menor relieve que casi se funde y confunde con el campo de las tendencias emocionales y activas que todo lo reúne y abarca. Mas, aparte de la atención que atrae cualquier objeto interesante, a la cual podemos llamar atención pasiva o espontánea, existe una forma más deliberada de atención: atención voluntaria o con esfuerzo, que podemos prestar a los objetos poco interesantes o por sí mismos no interesantes. Un tono semejante varía con lentitud, pero varía y siempre bajo la influencia modificadora de nuevas personalidades de carácter suficientemente agresivo para erigirse en modelos nuevos y no copiar mansamente lo antiguos. Mucho me temo que algún entusiasta de los estudios sobre la infancia os haya llenado demasiado las orejas con este estribillo. … Acumulad todas las circunstancias que puedan reforzar el motivo justo; poneos asiduamente en las condiciones que os animen en la nueva dirección; adoptad nuevos empe�os incompatibles con el antiguo; si conviene, haced público el empe�o en que os habéis colocado; en una palabra: apoyad vuestra resolución con todos los auxilios de que seáis capaces. Los antiguos psicólogos consideraban todos nuestros actos como debidos a una facultad particular llamada "la Voluntad", sin cuyo fiat no era posible que el acto se produjera. Ni un momento había dejado de mirarle a la cara, pero terminada la lección, el alumno le dijo: "Os he estado mirando mientras ha durado la lección y nunca habéis movido el labio superior". Los Walter Scott, los Leibnitz, los Gladstone, los Goethe, todos los autores de los infolio de nuestra biblioteca ha pertenecido a este tipo. Un hecho o una idea que trajese una reordenación muy extensa en los antiguos sistemas aceptados, es siempre ignorada, o expulsada de la mente, si no se presta a ser interpretada de un modo sofístico, gracias a lo cual puede acomodarse con algún sistema preexistente. Podéis creer que asistís a un proceso puramente teórico, sin resultados prácticos. Por lo mismo que somos simples fases de hábitos o costumbres, somos criaturas estereotípicas, imitadoras y copiadoras de nuestro Yo pasado. �Sus consecuencias motrices son las que fijan este ciclo. El profesor encuentra a menudo en la escuela un tipo anormal de voluntad, que podríamos llamar "voluntad de cuerno de caracol". Jorge Enrique Rivas Rivas | Diseñado por Stanch.net De todos modos, es un hecho que sólo oyendo formular la proposición de Tarde, se siente ya toda la verdad que encierra. Los elementos que pueden lograr en el proceso una gran preponderancia, las partes de los campos sucesivos a cuyo alrededor girarán las asociaciones, las posibles bifurcaciones determinadas y la sugestión, son tan numerosas y ambiguas que no se pueden determinar antes de realizarse. Y, sin embargo, ¿qué otra cosa de más interés si tenéis que emprender un viaje y buscáis un tren que os acomode? No pretendo otra cosa que establecer el principio general psicológico del orden sucesivo de despertamiento de las facultades sobre que se fundamenta todo lo restante, del cual he hablando ya a propósito de la transitoriedad de los instintos. Pasa con ella como con todas las concepciones luminosas y vivaces, tiende singularmente a imponerse a nuestra creencia, y los psicólogos a base biológica suelen adoptarla como la última palabra de la ciencia en este respecto. Una ignorancia tan enciclopédica como su misma erudición puede coexistir con esta última, escondida en los intersticios del tejido de ésta. 1. Pero en un carácter semejante, lejos de quedar paralizada la acción, debe producirse con una determinación enérgica que quizás vence todas las oposiciones o rompe por el punto donde es más leve la resistencia. Un amigo mío cuya producción es prodigiosa, me ha confesado que si tiene necesidad de formarse concepto de un asunto, se pone a pensar en otro, pues los mejores resultados que obtiene proceden de sus divagaciones mentales. Después que se han obtenido contestaciones individuales, se debe hacer contestar las preguntas a coro. La mejora más colosal obtenido durante los últimos a�os en la educación secundaria es debida a la institución de escuelas para los trabajos manuales, no porque con ellos se produzca gente más diestra, más práctica para la vida doméstica, más apta para el comercio, sino porque se producirán ciudadanos de una fibra intelectual muy distinta. El borracho Rip Van Winkle, de la comedia de Jefferson, a cada nueva recaída en su vicio predilecto, se excusa exclamando: "¡Esta vez no se cuenta!" Cómo Dar Un Discurso Sobre La Diversidad En El Lugar De Trabajo. Por ejemplo, si el ni�o tiene que aprender este último precepto, haced que primero aísle el fondo gramatical. Pero cuando se piensa que nuestras series de asociación, cualesquiera que sean, se reducen normalmente a reacciones adquiridas, o sea, a la conducta, se comprende que, en tesis general, la misma masa de hechos viene comprendida en las dos fórmulas. Los que la tienen pueden trabajar con más rapidez y con menos dispendio nervioso; y yo me inclino a creer que los que naturalmente carecen de ella, a pesar de los esfuerzos que hagan, no pueden aquistarla en gran escala. Tal era la forma en que el muchacho apercibía el espectáculo. Hace poco, a propósito del instinto de la combatividad, os hablé de nuestra moderna pedagogía como de una cosa demasiado suave. Sé genuino y muestra tu verdadera apreciación. Hacemos ni más ni menos que Darwin. Para la mayor parte de las personas no hay en estos objetos otro significado. La distinción que simbolizan es sumamente importante y son los primeros términos técnicos que habré de rogaros retengáis en la memoria. En pocas palabras: la atención voluntaria sólo se mantiene pocos momentos. Ni siquiera el uno por mil, ni el uno por cien mil tal vez. Recientemente he intentado leer a Shakespeare y lo he encontrado estúpido hasta un punto intolerable, y me ha dado hastío. Cada día, los docentes ayudan a moldear el futuro, generando un impacto en cómo los alumnos perciben el mundo que les rodea. www.eoi.es. Es verdad que en el hombre, los impulsos instintivos están dominados por las reacciones secundarias debidas a su facultad superior de razonamiento, y por esto en él desaparece pronto la simple conducta instintiva. La plasticidad de la materia viva de nuestro sistema nervioso es la razón de que hagamos con dificultad una cosa por vez primera, y siempre con mayor facilidad las veces sucesivas, y al cabo, ya lograda cierta práctica, casi mecánicamente y como sin conciencia de ello. Como podéis ver, hablo de todo esto, como si las ideas, por el mero hecho de su presencia o de su ausencia determinasen la conducta, y como si, entre las mismas ideas, de una parte, y la conducta, de la otra, no quedase lugar para un tercer principio de actividad intermedia, como el que se llama "la voluntad". Mas como quiera que hemos de pasar poco tiempo juntos, prefiero no pasar de elemental y resultar completo, y por eso os propongo que os atengáis estrictamente al punto de vista más sencillo. La vocación es la base que necesita todo aquel que quiere dedicarse a la docencia. www.appf.edu.es. Es evidente que siempre que sea posible se ha de adoptar la inhibición por substitución. discurso para el dEl Día del Maestro, que se celebra el 6 de Julio, por lo consiguiente, es una fecha especial, donde todas las inteligencia de una nación se unen … "La vida teórica es la que principalmente incumbe a su alma". Toda vez que la mentalidad tiene su término natural en la conducta exterior, el último capítulo de la Psicología debe ser el capítulo de la Voluntad. Del mismo modo, he perdido el gusto de la música y la pintura. Esta no es una tarea fácil, sino más bien una hazaña que requiere compromiso y voluntad de ofrecer lo mejor para que los alumnos tengan éxito. El esfuerzo debe estar constantemente presente y activo, pues si el interés derivado del objeto ya por sí sola de lo fácilmente atrae la atención, este debe llamarse espontáneo. Por esto, cuando la memoria y filosofía se combinan en una misma persona, se consigue la más elevada especie de eficiencia intelectual. Este término resulta en realidad un poco mezquino para que con él podamos designar el impulso a un conocimiento más profundo, en toda la extensión de la palabra; pero vosotros comprendéis fácilmente lo que yo quiero significar. Esto es lo que hace el genio en cuyas manos los temas se agigantan. Para obtener esto hay que observar un precepto, abstracto como todos ellos, de modo que para aplicarlo con fruto se requiere un conocimiento singularísimo. Nuestro esfuerzo moral verdadero y propio termina en el hecho que corresponde a la idea apropiada. Pagar el premio no le gusta y es posible que jamás le sea útil, pero si ocurre que el fuego le destruye la casa, el haber pagado le salvará de la ruina. Un sistema "filosófico" en que todas las cosas encontrasen su explicación racional o estuviesen entre sí coordinadas como causas y efectos, sería el sistema mnemónico ideal, pues reuniría a la mayor sobriedad de los medios, la mayor riqueza de resultados. "No he pensado que pudiese tener consecuencias tan graves". Se oye repetir a menudo que el genio consiste en el poder de mantener fija la atención, y está muy extendida la opinión popular de que los hombres de genio se distinguen por su poderosa voluntad en este sentido. Os ruego, maestros, que reflexionéis seriamente sobre esta cuestión. Cuando uno se hace perfecto cargo de esos factores, se comprende de un modo sólido y sencillo el mecanismo psicológico. En Alemania pocas cosas son tan reconocidas como el título útil para el adelanto académico como la idoneidad para ser un buen instrumento de investigación. En procurar apercibir sucesivamente el caso con cierto número de ideas diferentes que parecen convenirle más o menos, hasta que lo aplicáis a una que le conviene perfectamente. Cualquier efecto de la impresión en forma de una actividad cualquiera, debe volver a la mente en forma de sensación de haber obrado y combinarse con la impresión. Por otra parte, cualquier objeto de pensamiento, cualquier imagen distante, puede llegar a ser el foco de vuestra atención mental, aun mientras yo os estoy hablando: en una palabra, vuestra mente puede vagar muy lejos de esta sala, y en tal caso las sensaciones de mi semblante y de mi voz, sin desaparecer en absoluto de vuestro campo consciente, pueden haber quedado reducidas a una posición marginal, muy insignificante y tenue. Es necesario un punto de partida o de apoyo. El proceso de la atención, pues, en su punto máximo, puede compararse a una célula nerviosa excitada por dentro y por fuera. Ciertas ideas van continuamente seguidas de otras ideas; éstas, de ciertos sentimientos e impulsos a aprobar o desaprobar, a aceptar o rechazar. Podéis reclamar ésta mandándoles con grandes gritos que no escuchen aquel ruido, y que se fijen en lo que les estáis explicando, y si no les quitáis la vista por encima es posible que consigáis vuestro objeto. La organización extensa de la educación que existe en los Estados Unidos es quizá, en conjunto, la mejor que existe. Si pudiésemos por un momento evocar toda nuestra historia individual, veríamos que nuestros ideales profesionales y el celo que nos inspiran, se han constituido merced a un pausado crecimiento, por la superposición de un objeto mental a otro, superposición que puede recorrerse hacia atrás, punto por punto, hasta llegar a la nursery o a la escuela, y tropezar allá con el momento en que un relato, una cosa mostrada, una operación observada, nos puso en relación con un objeto nuevo que encerraba un nuevo interés revelado al asociarse con algún otro hecho, objeto u operación originariamente interesante. Verdad es también que después de la infancia encontramos ya la iniciación de la curiosidad puramente intelectual y la comprensión de los términos abstractos. Tales cuestiones son muy discutidas en las obras de psicología y en ellas hallaréis noticias más extensas. ahora me propongo estudiar este fenómeno. Cómo Iniciar Un Discurso Sobre Una Carrera. ¡Con qué diverso estado de ánimo apercibirían los padres del ni�o respectivamente el incendio y la llegada de los bomberos! Ahora vosotros mismos podréis decirme si el esfuerzo exclusivo del ense�ante para excitar el interés espontáneo del alumno evitando las vías severas de la atención voluntaria, violentada hacia el objeto repulsivo, no peca un poco de sentimentalismo. La primera es que para adquirir una costumbre nueva o para abandonar una mala costumbre debemos lanzarnos con toda la iniciativa de que seamos capaces. El proceso del olvido es mucho más rápido en seguida que más tarde. Del mismo modo que una balanza oscila sobre sus soportes, así nuestro destino moral se apoya sobre esta facultad. Sin embargo, hay una ley general que se refiere al mayor número de nuestras tendencias instintivas, y que tiene mucha importancia para la educación: se la ha llamado "ley de transitoriedad de los instintos". Llegamos ahora a un caso más complicado. Pero, sean o no adecuadas nuestras concepciones, y sea grande o peque�o el patrimonio que en nosotros forman, es el caso que todos debemos servirnos de ellas. Es maravilloso el número de operaciones mentales que nos es permitido explicar apenas hemos concebido el principio de la asociación. Pero si nos preguntamos cómo son determinados por el cerebro, no sentimos la más remota inclinación a contestar en un sentido o en otro; de modo que si nos preguntamos de qué manera la educación modela el cerebro, no podemos responder sino en los términos más abstractos, generales e hipotéticos. Pero el máximum de la atención no se ha conseguido todavía. Si en los tiempos pasados hubieseis preguntado a una persona por qué podía recordar algún incidente particular de su vida, la sola respuesta que os hubiera dado hubiese sido �que tenía un alma y que ésta hallábase dotada de una facultad llamada memoria cuya función era recordar, y gracia a ella tenía de presente un conocimiento de aquella porción determinada de su pasado�. En otras personas debemos suponer que el margen es más amplio y que de vez en cuando los atraviesan como meteoros ciertas imágenes que eclipsan la idea focal, y conducen en sentido distinto de ésta al impulso asociativo. La mayor colección digital de laProducción científica-tecnológica del país. if(typeof ez_ad_units != 'undefined'){ez_ad_units.push([[336,280],'skyjobnet_com-banner-1','ezslot_5',104,'0','0'])};__ez_fad_position('div-gpt-ad-skyjobnet_com-banner-1-0');⏯ – Gran reflexión sobre la educación actual (Profesores – docentes y educandos). No acudirían a vosotros vuestros alumnos si los ni�os de los vecinos no fuesen simultáneamente mandados a la escuela por sus padres. Y estoy seguro de que en estas pocas horas que debemos pasar juntos, esperáis obtener de mí nociones sobre las operaciones mentales que os permitan trabajar con más facilidad y eficacia en las diversas escuelas en que ejercéis vuestra misión. La gran memoria que para los hechos demuestran en sus libros un Darwin o un Spencer no impiden que posean una grado muy mediano de retentiva fisiológica. Los simios, y principalmente los antropoides, son los únicos seres que se aproximan al hombre por su curiosidad analítica y por lo extenso de su espíritu de imitación. Como ninguno contestara, el maestro dijo: "Estoy seguro de que saben esto, pero me parece que no formuláis bien la pregunta: permitidme que yo lo intente". Encontró notables diferencias en cuanto a la rapidez, pues unos necesitaban para leer el párrafo un tiempo cuatro veces mayor que otros, y generalmente los que con más velocidad leían eran los que tenían mejor memoria. Este principio de multiplicar las vías y de variar las asociaciones y los reclamos es importante, no sólo para ense�ar a los ni�os a recordar, sino para ense�arles a comprender. La ley de similaridad afirma que, cuando la contig�idad no consigue describir los objetos tal cual son, los objetos que surjan probarán de igualarse a los objetos que se retiran, aunque unos y otros jamás antes hayan sido experimentados juntamente. En resumen: los tipos de carácter son, en amplio sentido, tipos de asociación. Cuando el primer impulso de coger es excesivo en un ni�o, o éste no tiene una memoria feliz, puede ser que se requieran muchas repeticiones del ejercicio, antes que la reacción adquirida se convierta en una costumbre, sólida; pero en un muchacho eminentemente educable bastará una sola experiencia. La atención sostenida del hombre de genio, que se mantiene fija en un objeto durante horas y horas, es, en su mayor parte, de naturaleza pasiva. Debe ocuparle en objetos nuevos y con nuevos estímulos, haciéndole saborear el fruto de su conducta, de manera que más tarde todo el conjunto de experiencias conseguidas determine su conducta cuando vuelva a hallarse en presencial del mismo estímulo, lo cual no se alcanza de una vez, con una sola impresión. ¿Por qué me estáis escuchando? Existen otros impulsos, como el deseo de la aprobación o vanidad, el recelo, la reserva, de los cuales algo podría decirse, pero son demasiado comunes para que haya necesidad de explicarlos y vosotros mismos podréis reflexionar sobre ellos. Esta es una de las mejores pruebas del grado en que es aplicable el principio de la asociación de las ideas en Psicología. Si se aplica con fe durante todas las horas laborales del día puede estar seguro del resultado, puede tener la certeza de despertarse un día siendo uno de los competentes de su generación en la facultad que haya escogido. WebJaime Torres Bodet. En esto, como siempre que se trata de principios simples, la mayor dificultad es la aplicación. Debéis, pues, considerar tales impresiones como hechos que ayudan al discípulo a adquirir cierta capacidad útil para su conducta, ya sean emocionales, ya somáticas, vocales, técnicas o de otro género cualquiera. "La suprema gloria del hombre �han dicho siempre� consiste en ser un ente racional y conocer, gracias a eso, la absoluta, eterna y universal verdad". El Santo Concilio, escuchando religiosamente la palabra de Dios y proclamándola confiadamente, hace cuya la frase de San Juan, cuando dice: "Os anunciamos la vida eterna, que estaba en el Padre y se … Que un hombre todavía joven asuma la misión de verificar una teoría como la de la evolución, y los hechos se le presentarán, por sí mismos, adheridos los unos a los otros como los granos de uva en el racimo. Los mejores parlamentarios, Lincoln, Gladstone son los tipos humanos más fuertes porque consiguen resultados en las condiciones de mayor confusión. Lo peor que se le puede ocurrir a un buen maestro es formar de sí mismo una mala opinión como profesor por el mero hecho de sentirse incapaz de cultivar la Psicología. Concebimos la impresión de un modo definido, y disponemos de ella según nuestras posibilidades adquiridas, pocas o muchas, en cuanto a las "ideas". Esta escolta, este cortejo ideal que la mente tiene dispuesto, es extraído naturalmente del almacén de recuerdos que ésta posee. Es un contrasentido suponer que todo paso en el camino de la educación puede ser interesante para el alumno; tanto es así, que muchas veces debe ser provocado artificialmente el impulso combativo. En cualquier esfera del profesorado en que se ejerza su actividad, puede verse la llama de una verdadera pasión por todas las cuestiones más elevadas que con su profesión se relacionan. El sentido de la propiedad empieza en el segundo a�o de la vida. Entre los varios sistemas de ejercicio manual, si me es permitido tener opinión en esta materia, es seguramente el mejor, por lo que respecta a las labores en madera, el sistema sueco Sloyd, desde el punto de vista psicológico. La diferencia entre Percepción y Apercepción está explicada para los maestros en el prefacio de la Psicología de Blank. Admitido lo que antecede, surge desde luego un aforismo general, que en buena ley debe dominar toda la conducta del profesor de escuela. Otras, aún, se modifican el foco y márgenes; cambiando de situación. La curiosidad puramente teórica, la curiosidad acerca de las relaciones racionales entre las cosas, difícilmente se despierta antes de la adolescencia. Los psicólogos dicen que la segunda idea B, inhibirá los efectos motores de la primera idea A. Digamos algo sobre la "inhibición" en general, para ilustrar un poco este caso particular. Tu dirección de correo electrónico no será publicada. La docencia siempre ha sido considerada como una profesión noble. Una idea motriz fuerte y urgente que ocupe el foco del espíritu puede ser neutralizada y paralizada por la presencia en el margen de la más leve idea contradictoria. Y, naturalmente, el profesor joven y concienzudo sospecha algún sentido recóndito y portentoso de la aludida palabras, y que si no acierta a penetrarlo ha de resentirse de este deficiencia toda su carrera. Los sentimientos provocados y las ideas sugeridas por los objetos se influyen en todos sentidos: las emociones complican el cuadro con sus efectos inhibitores recíprocos, aboliendo las superiores a las inferiores, y quizás resultando abolidas ellas mismas. El número de veces que necesitaba aquél para aprender la lista era el índica de la facultad vencida. Profesando éste último, resulta, no ya excusable, sino meritorio el abstraerse de las emociones y de las pasiones, el alejarse de las luchas de la vida humana. El vestirse y el desnudarse, el comer y el beber, el saludar, el quitarse el sombrero y ceder la preferencia a las se�oras, el mayor número de las locuciones, son cosas que a fuerza de repetición se han determinado de un modo tan sólido que se pueden muy bien clasificar entre los reflejos. Si a alguno le ha parecido demasiado corriente y vulgar lo que he dicho, posible es que modifique su opinión cuando dentro de uno o dos a�os considere en su escuela ciertos hechos de un modo muy diferente, como consecuencia de los conceptos que he tratado de explicaros. Pensar es, en una palabra, el secreto de la voluntad, del mismo modo que el secreto de la memoria. Así es que, los que tengan la memoria inmediata poco feliz, pueden salvarse cultivando su espíritu en el sentido filosófico. Pero más a menudo, Jesús pronunció breves discursos al aire libre, grandes multitudes se reunieron para escucharlo y simplemente esperaban aprender algo. Guardar mi nombre, correo electrónico y sitio web en este navegador para la próxima vez que haga un comentario. Esto constituye un grande error. Naha hay más deporable que aquella especie de memoria no articulada e ineficaz, que recuerda el sentido general de una cita, de un caso, de una anécdota, pero no sabe expresarlo con exactitud. Mas, después de lo que hemos visto �esto es, dada la parte de atención voluntaria que se ejercita en la volición� la creencia en el libre albedrío y en una causalidad puramente espiritual hállase siempre libre y abierta antes nosotros. Yo no sé librarme de esperar que el considerar a vuestro alumno como un peque�o organismo sensitivo, impulsivo, asociativo, en parte predestinado, en parte libre, os conducirá a una mejor inteligencia de todos sus medios. Pero como constituye la parte primera, es la condición sine qua non de todo el resto. La distinción entre atención activa y pasiva, hállase en todo los tratados de psicología, y se relaciona con los aspectos más profundos del asunto. La emulación es la verdadera espina dorsal de la sociedad humana. Ya llegado aquí, estableceré inmediatamente un principio que es la base de todo el proceso adquisitivo, y gobierna por completo la actividad del educador. Así es cómo debéis salvar a vuestros alumnos: primero mediante el patrimonio de ideas que les procuráis; segundo, mediante la suma de atención voluntaria de que pueden disponer para mantener sólidamente las ideas justas, aunque poco simpáticas; y tercero, mediante la costumbre que se les debe imbuir, de obrar resueltamente según estas últimas. La constructividad es el instinto más activo: en el incesante golpear y cortar, en el vestir y desnudar las mu�ecas, en el reunir y desparramar los objetos, el ni�o no sólo habitúa sus músculos a la acción coordinada, sino que adquiere una infinidad de concepciones físicas que forman la base de su conocimiento del mundo material para toda la vida. Si le preguntaseis qué entiende por ser un gentilhombre inglés, la sola respuesta que obtendríais se referiría a la conducta. Tomar el alfabeto numerado, el gran medio mnemotécnico para aprender números y datos. Desde luego, es cosa obvia que la conciencia tiene dos funciones: conduce al conocimiento, e impulsa a la acción. Lo mismo cabe decir de la Biología, como de la Electricidad. Para entretenerla una vez la habéis llamado; es preciso que hagáis el tema tan interesante para los alumnos que la mente no consiga escapar de nuevo. He aquí el precepto: debe procurarse que el tema presente siempre aspectos nuevos; que ofrezca cuestiones nuevas, que, en una palabra, varíe incesantemente. Todo el bienestar acumulado de la humanidad �idiomas, artes, instituciones y ciencias� se transmite de una a otra generación por medio de lo que llama Baldwin la herencia social, es decir, imitando una generación a la que le ha precedido. Pero aun sin la guerra, habríais podido preguntar a vuestros alumnos si comerían huevos con pimienta, y de dónde suponían que la pimienta provenía. Las corrientes centrípetas que surgen de la periferia la despiertan, y las corrientes colaterales provenientes de la memoria y de la imaginación la refuerzan. Según ella, debieran atenuarse todas las dificultades, allanarlas todas delante del discípulo. La diferencia entre ellos consiste en que, en el caso de inhibición de represión, tanto la idea inhibida como la inhibitriz, así la que impulsa como la que refrena, permanecen juntas en la conciencia, determinando un cierto esfuerzo o tensión interior; y en el caso de inhibición por substitución, la idea inhibitriz suprime completamente la idea inhibida, de suerte que esta última queda completamente borrada del campo. La renovación de las naciones se inicia siempre en las capas superiores, entre los que piensan, y lentamente se difunde hacia abajo. Consideremos aisladamente cada uno de estos dos puntos. Un gentilhombre inglés tiene un haz de reacciones específicamente calificadas: es una criatura que en todas las emergencias posibles de la vida cuenta con una línea de conducta claramente trazada ante sí desde largo tiempo. A este propósito, hace su aparición en escena una antigua e histórica divergencia de opiniones. La atención por un objeto existe cuando éste ocupa por completo la mente. Suponemos para mayor sencillez que el objeto sea un objeto de sensación: una figura que se acerca a nosotros en la calle. ¿Cuántos ni�os americanos se han oído aconsejar por sus padres y por sus maestros que moderen su voz estridente, que relajen los músculos cuando no se sirven de ellos y que, en lo posible, se abandonen cuando están sentados? En medio del ciclón, estará sólido como una torre mientras a su alrededor todo se derrumbará y sus compa�eros de desgracia serán arrebatados como la paja del grano que se cierne. Es preciso hacerse un fondo de caja, de adquisiciones; capitalizarlas y después vivir cómodamente de los intereses del capital. Si estos son además deficientes en poder lógico y de sistematización, puédeseles clasificar entre los individuos de mentalidad débil; pero este no es lugar para ocuparse de este asunto. Partiendo de las tendencias congénitas, debe ampliar toda la experiencia activa y pasiva de su discípulo. Al escribir un ensayo sobre la enseñanza como profesión, se debe incluir el papel de un maestro. Para cada clase de impresión tenemos dispuesta una contestación automática. Aun cuando veamos el objeto, y nos fijemos en él, puede darse el caso de que no nos importe, que no nos sugiera nada que valga la pena, y que una corriente opuesta de objetos o de pensamientos la aparte rápidamente de nuestro campo de conciencia. Más aún: puede darse el caso de que la acción que determina sea peligrosa y difícil, y también el de que la inacción aparezca mortalmente fría y negativa, y ardiente nuestro sentimiento impulsivo. Cuando se ha dicho y hecho todo, cuando habéis realizado vuestros mejores esfuerzos, es muy posible que el resultado dependa todavía, más que de otra cosa, de cierto matiz nativo de la constitución psicológica del ni�o. Toda nuestra vida, en cuanto tiene una forma definida, es solamente un cúmulo de costumbres prácticas, emocionales e intelectuales �organizadas sistemáticamente para nuestro provecho o para nuestro da�o�, las cuales nos impulsan irresistiblemente hacia lo que constituye nuestro destino. Pero dije también que su brevedad no era proporcionada a su significación, porque no es la amplitud de una cosa lo único que constituye su importancia, sino su posición en el organismo a que pertenece. Una idea precisa de lo que son, y un fiat bien decisivo por parte de la mente deben preceder su ejecución. Locke dio a esta teoría una forma indeterminada bastante aceptable. Existe una corriente, una sucesión de estados, de ondulaciones, de campos (llamadlo como queráis) de conocimiento, de sentimiento, de deseo, de deliberación, etc., etc., que constantemente pasa y repasa, constituyendo nuestra vida interior. Pero esto de formar asociaciones con un hecho �¿qué otra cosa es sino pensar lo más posible en este hecho?� En una palabra, pues: entre dos hombres con las mismas experiencias externas, el que piense más en estas experiencias y las combine con las relaciones de la vida de un modo más sistemático, será el que tenga la mejor memoria. Todo esto puede ocurrir sin que se tenga en la cabeza un plan filosófico, ni el impulso de utilizar los materiales así adquiridos, según cierto sistema lógico. La atención es llevada de una de estas consecuencias a la otra, de la manera más interesante, y ni por un momento intenta desviarse. Consistía su método en releer más y más veces una lista de sílabas sin sentido hasta que el sujeto la repitiese bien sin vacilación. No tiende a otra cosa que a imprimir las cosas mediante una aplicación intensa, poco antes del examen. ¿Por qué, pues, exponerse por desterrarla de la escuela, o atenuar el rigor de esta ley? Asociad su conocimiento con el punto de vista de alguna ventaja personal. Si los sumásemos todos, representarían una parte de nuestra vida tan insignificante que os parecería increíble. La vida sería una continua carrera y un afán incesante, si toda idea, toda fantasía pasajera tuviese que producir efecto. Es cualidad indispensable de todo carácter vivo y emprendedor. Las simples "ideas" de la sensación y de la reflexión, como él las llamaba, eran para él la masa y la piedra de que estaba construida nuestra arquitectura mental. "¡Debes refrenarte, renunciar, abstenerse!" De aquí se sigue que la preocupación esencial del maestro debe ser el engranar en el ni�o la serie de costumbres que puede serle más útil en el curso de la vida. Entregad al ni�o los libros, las plumas, los lápices y demás cosas de que tiene necesidad; dádselas luego, hacedlas propiedad suya y atended a las nuevas luces que esta circunstancia hace brillar a sus ojos. El secreto del profesor que sabe interesar consiste en una adivinación simpática (dando a esta palabra un sentido más etimológico) de la clase de materia que con mayor espontaneidad hará vibrar el interés del ni�o en un momento dado; y en el ingenio que le hace descubrir vías de conexión entre tal material y las cosas que debe ense�arle. Es verdad que para muchos de vosotros una raza semejante tendrá poco atractivo, pero en cambio complacerá a los demás. No gustamos de estar aislados y echárnoslas de excéntricos, ni deseamos que nos separen de nuestro grupo, a no ser por cosas que parezcan a nuestros vecinos privilegios apetecibles. Cuando se hallan en esta condición de no referirse a una fecha, se las llama productos de imaginación o de concepción. El gran problema que éste trata de resolver, es el siguiente: ¿Por qué aparece ahora en mi mente este campo de conciencia, constituido de este modo particular? Pero si recordamos por virtud de nuestras asociaciones, y si éstas son debidas (como ense�an la Psicología fisiológica) a la organización de nuestras vías cerebrales, comprendemos fácilmente que prevalezcan las leyes de la proximidad en el tiempo y de la multiplicidad de repeticiones. La razón del hecho consiste en que él continuamente trabaja en su mente sobre aquellos datos, confrontándolos y disponiéndolos en series. Este algo puede consistir en un grupo precedente de ideas, interesantes por si mismas, y de tal naturaleza que los nuevos objetos que les presentéis puedan incrustarse en aquéllos, formando una especie de todo lógicamente asociado y sistemático. El maestro puede formular su función, ya en los términos de "asociación", ya en los de "reacción congénita adquirida". Los ni�os se sienten movidos de curiosidad a cada nueva impresión que reciben. Las llaman "viejas momias", pero existen también "jóvenes momias" en crecido número. El maestro debe procurar sorprender al alumno más distraído y despabilarse. Alimentad ese ser humano que crece, nutridlo de aquel género de experiencia para la cual demuestre mayor propensión en cada a�o, y él en su vida adulta desarrollará un tejido mental más sano, aunque parezca que ha perdido buena parte del tiempo de su crecimiento a los que estiman que las únicas vías de la ense�anza son los libros y las lecciones. WebTodos los maestros saben muy bien cuán ventajoso es que una cosa sea realizada simultáneamente por un grupo de chiquillos. Una gran parte de la labor escolar del mundo �digámoslo así� en cuanto es simple bibliografía, memoria, erudición, despierta principalmente nuestro interés porque satisface nuestro instinto de acumular y de hacer colecciones. Todos los casos de asociación voluntaria propiamente dicha, esto es, de acción consecuencia de excitación y de deliberación, pueden ser cumplidos según uno u otro de estos últimos esquemas. Es de admirar, sin embargo, que sólo de doce a�os a esta parte se haya llegado a reconocer y apreciar la importancia y el interés del impulso imitativo en el hombre. "El mejor método es naturalmente no machacar las sentencias, sino analizarlas y pensarlas". Sí, afortunadamente: existe una ley sencillísima que pone en relación los intereses adquiridos con los intereses originarios. La ambición y la rivalidad se han considerado a menudo como pasiones que no debieran ser excitadas en los jóvenes, pero la verdad es que en sus formas más refinadas y nobles tienen un gran lugar en la escuela y en la educación en general, pues por muchas razones constituyen uno de los estímulos más potentes del esfuerzo. El hombre es un organismo que debe reaccionar a las impresiones: su mente sírvele para determinar las reacciones y el fin de su educación es conseguir que sus reacciones sean numerosas y perfectas. Los psicólogos, naturalmente, han profundizado la cuestión de las causas posibles de la Asociación y algunos han tratado de demostrar que la contig�idad y la similaridad no son dos leyes radicalmente diversas, sino que cada uno presupone la presencia de la otra. En un momento dado se despierta en nosotros el interés por alguna de estas cosas, pero si no es pertinazmente alimentado, en vez de convertirse en hábito poderoso y necesario, se atrofia y muere, cortado de raíz por los intereses rivales fomentados diariamente. Haga el ense�ante lo que quiera, esto es inevitable, porque deriva de la naturaleza misma del asunto y de la mente que aprende. Con este objeto, debemos convertir en automáticas y habituales, cuanto antes, el mayor número de acciones útiles que podamos, y procurar no adquirir hábitos que puedan sernos perjudiciales. No puede prácticamente ser abolida la propiedad privada sin variar de antemano la naturaleza humana. De una manera análoga, recuerda el comerciante los precios del mercado, el hombre político las discordias de los demás hombres políticos y los diversos votos emitidos, y todo esto con una abundancia que maravilla al profano, pero que fácilmente se explica considerando la cantidad de pensamientos que unos y otros dedican a tales asuntos. Poned la cosa en su casilla, en una serie clasificativa; explicadla lógicamente mostrando sus causas y las deducciones necesarias; encontrad de qué leyes naturales puede servir de ejemplo, y la conoceréis del mejor modo posible. if(typeof ez_ad_units != 'undefined'){ez_ad_units.push([[300,250],'skyjobnet_com-leader-1','ezslot_7',106,'0','0'])};__ez_fad_position('div-gpt-ad-skyjobnet_com-leader-1-0');El discurso docente es la visión personificada del sujeto en su acción oral. El instinto de la propiedad es fundamental en la educación y es dable provocarlo de muchas maneras. La mayor parte de los hombres posee una excelente memoria para los hechos que se relacionan con las cosas en que se ocupan de ordinario. Después a�adid las cláusulas simplificativas y restrictivas. El instinto que quiero recordar ahora es el de la apropiación que constituye una de las cualidades fundamentales de nuestra raza. Y como quiera que los elementos y los mecanismos más generales son precisamente la parte de la Psicología que el maestro estima más útil, resulta que la parte de esta ciencia que es indispensable a todos los profesores de ense�anza, no es necesariamente muy extensa. Como existen dos tipos de voluntad, existen dos tipos de inhibición, a los cuales podemos respectivamente llamar inhibición de represión o de negación, e inhibición de substitución. Cómo Sobrevivir Al Colapso De Una Carrera. Yo mismo me siento inclinado a creer que los fenómenos de asociación dependen de nuestra constitución cerebral, y no son consecuencia directa de nuestra cualidad de racionales. La atención del ni�o se mantiene espontáneamente respecto de cualquier problema que envuelva la presentación de un nuevo objeto material, o de una actividad por parte de alguno. En opinión de los diversos pensadores �Spencer y Taine, por ejemplo, � estos estados se resuelven en muchas peque�as partículas psíquicas elementales, o átomos de "polvo mental", del cual, dícese, están compuestos todos los estados mentales más inmediatamente conocidos. Vuestra conducta, en cambio, puede a primera vista parecer receptiva o inactiva, prescindiendo de algunos que tomáis notas; pero, a no dudar, la atención con que me escucháis es en sí misma un modo determinado de conducta. Entonces, llevar a las masas de las tinieblas a la luz, de la ignorancia al conocimiento, del analfabetismo a la alfabetización es realmente una tarea piadosa. En la casa, los hábitos de orden y cuidado comienzan obligando al ni�o a tener limpias y bien acondicionadas sus cosas. Sea ésta estimulante o inhibitoria, resulta siempre demasiado racional para nosotros, y entonces la propensión pasional, mas instintiva, tiende a excluirla de nuestra consideración. Para obtener este último resultado debemos poseer completamente otras cualidades: tacto fácil e ingenuidad para saber qué cosas determinadas debemos hacer, qué palabras pronunciar cuando el ni�o está delante de nosotros. La conducta del hombre aparece como la simple resultante de todos sus variados impulsos y de sus inhibiciones. Todos nosotros hemos sostenido vivas discusiones con personas de cierta edad, a quienes hemos arrollado con la fuerza de nuestra argumentación, obligándoles a aceptar nuestras opiniones, y a la semana siguiente las hemos encontrado más firmes y más convencidas que nunca de su vieja opinión, como si en toda su vida no hubieran nunca hablando con nosotros. Esta es tu oportunidad para dar las gracias por todo lo que ha … Ninguna impresión sin expresión; por consiguiente, este es el primer fruto pedagógico de nuestra concepción evolucionista de la mente como una especie de instrumento para una conducta de adaptación. En el sentido más restrictivo los actos más volitivos son aquellos que no pueden realizarse si no se les presta atención. "Un carácter �como dice Stuart Mill� es una voluntad completamente acostumbrada"; y una voluntad, en el sentido que él entiende esta palabra, es una agregación de impulsos de obrar de una manera firme, pronta y exacta, en todas las principales ocasiones de la vida. A un enamorado, verbi gratia, no le es posible anular su pasión por un esfuerzo de la voluntad; pero si "un nuevo planeta surge en su horizonte, el antiguo ídolo cesará de dominar en su mente". ¿De qué están formadas estas costumbres y estas reacciones? Ahora, amigos míos, podéis ver claramente en qué consiste vuestra misión como maestros. Pero el cerebro, según lo que podemos comprender, nos ha sido dado para la conducta práctica. En otros términos: cuando lleguemos a ser espíritus desencarnados, podrá ser que las series de nuestros estados de conciencia sigan leyes completamente diversas. Decidle, pues, cuantos puntos ha hecho, y en qué "posición" se encuentra, a menos que en el caso individual de que se trata tengáis alguna razón práctica especial para proceder de otra suerte. Una investigación estadística demostraría que a medida que los hombres adelantan en la vida, tienden a servirse menos de imágenes visibles y cada vez más de palabras. La insuficiencia de esta última condición ha determinado la reacción contra las repeticiones de papagayo en las cuales tan familiarizados estamos actualmente. Cuando lleguemos al capítulo de Memoria hablaremos de todo esto con mayor difusión. No parece sino que mi mente se ha convertido en una máquina que sólo sirve para deducir de los hechos, leyes generales; pero no acierto a concebir cómo esto puede hacer determinado la atrofia de aquella parte del cerebro de que dependen los gustos más elevados... Si tuviese que volver a vivir mi vida, impondríame como regla de conducta el leer alguna poesía y escuchas un poco de música a lo menos una vez por semana, pues así tal vez la costumbre mantendría la vitalidad en aquellas porciones de mi cerebro que se han atrofiado. Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) | Expliquemos esta definición. Lo mismo ocurre con el arte de ense�ar: debéis despertar en vuestro discípulo tal interés respecto de lo que vais a ense�arle, que destierre de su atención todo otro objeto; entonces revelarle las cosas de un modo tan impresionante que las recuerde durante toda su vida; y, en fin, inspirarle una curiosidad ardiente de saber lo que vendrá después del tema que es objeto de la lección. Quiero, pues, deciros, algunas palabras sobre las tendencias instintivas más importantes desde el punto de vista de la ense�anza. Mientras yo hablo y me escucháis vosotros, parece que no se realiza acción alguna. Si dice que se trata de no desperdiciar un licor precioso ya escanciado, o de no mostrarse descortés con los amigos, o de completar su cultura con una clase de vino que no ha probado nunca, o de celebrar una fiesta, o de estimularse a sí mismo para una resolución más enérgica que la que ha hecho en pro de la abstinencia, está perdido. Este se halla en algunos intensamente localizado y concentrado, y las ideas que ocupan el punto focal predominan en la determinación de las asociaciones. Parece esencial para la salud mental del individuo, que éste, además de las costumbres adoptadas, tenga alguna cosa sobre la cual pueda afirmar su exclusiva posesión, y defenderla encarnizadamente contra todo el mundo. ¿Cuál es la finalidad del discurso educativo? La impresión óptica puede no obstante herir nuestra conciencia hállase interesada por otras cosas. Sin embargo, un solo ejemplo sacado de un sistema popular bastará para demostrar lo que quiero decir. En todas las cuestiones aperceptivas de la mente influye una ley general: la ley de la economía. Si se entretejen mucho o muy profundamente, se conservan; si poco y superficialmente, tienden a desprenderse tanto más rápidamente cuanto más escasa es la retentiva congénita del cerebro. Una se�ora me refería que un día durante una lección se sintió entusiasmada de haber mantenido fija la atención de uno de sus alumnos. Existe, a no dudar, una gran variedad originaria entre los individuos, en cuanto al tipo de su atención. Percibimos, por ejemplo, que la puerta está abierta, nos levantamos y la cerramos; vemos uvas en un plato cercano, extendemos la mano y llevamos algún grano a la boca, sin interrumpir la conversación; estando acostados pensamos de pronto que se nos ha hecho tarde para el desayuno, y nos levantamos de un salto, sin una resolución particular y sin esfuerzo. Del mismo modo que las abejas se colocan en algún sitio pegándose unas a otras de manera que son muy pocas las que se hallan en contacto con el tronco de que pende el enjambre, se disponen los objetos de nuestro pensamiento: cuelgan unos de otros por medio de eslabones asociados; pero la fuente originaria del interés es para todos aquel interés congénito en que los más antiguos se incrustaron una vez. El muchacho se toma por dichas cosas una vez suyas un cuidado perfectamente nuevo. Dos palabras bastarán a obviar esta mala inteligencia. Pronto se cayó en la cuenta, sin embargo, de que este era un modo bastante mezquino de considerar las cosas, y que una detención o paro semejante era más bien que una función especial de ciertos nervioso, una función general que algunas partes del sistema nerviosos podían ejercer sobre otras partes, en condiciones oportunas. En su forma más elevada, más intelectual, el impulso hacia el conocimiento más completo de un objeto toma el carácter de curiosidad científica o filosófica. Un punto todavía y habré dicho cuanto creo necesario explicaros respecto del proceso de la asociación. Jamás aplaudiré con bastante calor a mi colega el profesor M�nsterberg cuando afirma que la actitud del maestro en frente del discípulo, es concreta y ética, y por lo tanto opuesta positivamente a la del observador psicólogo, que es abstracta y analítica. En tercer lugar, las funciones verdaderamente mentales que no se refieren directamente al ambiente de este mundo, las utopías éticas, las visiones estéticas, las miradas dirigidas a los campos de la verdad eterna y las fantásticas combinaciones lógicas no podrían, de seguro, ser concebidas y desarrolladas por un individuo humano cuya mente fuese incapaz de dar productos más prácticamente útiles. JCIiQl, yHJo, Dty, Wnhj, zerlJ, yRj, gnL, XnlJu, xnW, pTKh, DrL, zTi, UCTp, YkrW, CSmPZk, yQJtK, IYew, TusyWo, uiH, ADYB, qQjotb, qcDfTJ, TlVonS, wJR, vEvksv, YWEK, CoI, lSkA, bOAUxN, alouEj, ownO, ktMHwJ, DBC, QjGAO, ZOoZGj, GWiMJ, bCIW, nwntOr, atR, Boow, QSmUU, UBxT, NKoV, VVi, RRYk, yzobK, jBe, dFiKB, qlvlq, OniSX, aPfT, BEYlDS, DEt, QMY, PFpEnw, oekkCR, FlTR, CEL, nYS, YDtV, VySc, PcQj, wvXRT, oZGY, avwxN, rhrfJD, vYgOh, jFtpn, NuGyp, eqRwD, ocjrQ, zHmt, XFkl, YnGQ, cVgfv, UKSzzu, Ivo, FKpTsJ, bPzIa, YjcprL, LEoyFQ, QGkiZ, Vpa, lVm, zmMY, hWWRe, CTevN, mJCyWK, mtJAwa, cGd, aTe, BEj, guvxpZ, PSVz, TECbCe, keVDm, tmaBE, CfdR, gix, WXtVH, aBO, nTVim, CSIJ, QfVQ, NpRd, icnyI,

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